martes, 23 de diciembre de 2008

Horas de sol en 2009

El nuevo Mathematica 7 ha ampliado su función AstronomicalData para hacerla dinámica. Ésta nos permite acceder a una base de datos online sobre datos astronómicos de todo tipo, manejada por la propia Wolfram Inc.

Antes sólo era posible obtener los datos astronómicos de forma estática, es decir, datos que no cambiaban o que no dependían de ningún otro parámetro, por ejemplo masas, composiciones, nombres, magnitud absoluta, etc. Eso sí, se actualizaba por Internet (para los datos orbitales de satélites, por ejemplo).

Sin embargo, la novedad es que ahora es dinámico. Es posible calcular datos que dependen de la fecha y del punto de vista del observador, como posiciones, distancias, alturas, etc.

Así que para probar el comandito y de paso, hacer algo mínimamente útil, he podido calcular las horas de sol que habrá en Madrid en el 2009, desde que sale hasta que se pone.

El resultado es el mismo que todos los años, claro, y aquí está:


Desde poco más de 9 horas en invierno, hasta las 15 horas del verano.

Cuanto más al sur nos vamos, menos diferencia hay. Por ejemplo, en Tenerife. La forma es igual, pero la escala es totalmente distinta.


Las comparaciones son odiosas (pero necesarias)...


Disfrutad del solecito, hay unas cuantas horas para hacerlo :D

lunes, 1 de diciembre de 2008

Química en la cocina.

En un libro que me regalaron y que he leído hace poco, Why there's antifreeze in your toothpaste, comentaban una familia de compuestos que en la naturaleza se usan como colorantes, las antocianinas. Son las responsables de muchos de los colores de las plantas, como flores, frutas, hojas otoñales, etc.

Por ejemplo, son las que dan ese color morado a la lombarda (y con esto me acerco al experimento).

Comenta, en el libro, que las antocianinas son muy sensibles a los cambios de acidez del medio donde se encuentran. Si el medio se vuelve más ácido o más alcalino, puede donar o aceptar núcleos de hidrógeno, y cambiar de color. Sí, así es, si el medio cambia su acidez (pH), las antocianinas cambian de color.

Tiempo me faltó para probarlo. El experimento es muy sencillo, basta con cocer una lombarda (sin sal ni nada) y coger el caldito que deja de color morado. Después se puede añadir un ácido o una base y ver cómo cambia de color.

Los ácidos más fáciles de encontrar en una cocina son vinagre y limón. Y las bases más sencillas son el bicarbonato sódico o la sal de frutas.

Y he aquí el resultado:



A la izquierda añado vinagre (se pone rojo), y a la derecha añado bicarbonato sódico (se pone azul).

El efecto es reversible, y al juntar ambas mezclas se obtiene una muy similar a la original (pero asquerosa y apestosa, porque el vinagre reacciona con el bicarbonato, de hecho se puede ver la efervescencia):



Ya tenéis un medidor de pH casero y nutritivo (la lombarda no la tiréis, que está rica, de verdad).