sábado, 21 de julio de 2007

Precios e importaciones.

Hoy sale el séptimo y último libro de Harry Potter: Harry Potter and the Deathly Hallows.

Con un dineral gastado en promoción (que en realidad no creo que necesitara) estiman vender varios millones de libros sólo el primer día.

De momento sólo está la versión en inglés. Para la versión española habrá que esperar al 2008, pero espero que sea una traducción digna, y no las porquerías que pueden verse últimamente, como ha pasado con "El espejismo de Dios", de Richard Dawkins.

Son varias las librerías en Madrid donde se puede comprar a partir de hoy mismo. Por ejemplo, en La Casa del Libro y en la FNAC, que además envían a domicilio.

En la primera, La Casa del Libro lo vende a 28.50€, gastos de envío aparte, un poco caro, pero uno podría disculparlo si tiene en cuenta que es un libro de importación.

Sin embargo, indagando un poco, he descubierto que en Play.com lo venden a 15.49€, ¡gastos de envío incluidos! Evidentemente las tiendas españolas no los importan uno a uno, sino en grandes lotes, que es más barato. Lo que significa que a ellos les ha costado mucho menos de la mitad de lo que ingresan al venderlo.

Vale, hay muchos gastos asociados a tener una tienda, pero la diferencia me parece abusiva. Creo que deberían espabilar, ahora que comprar por Internet es mucho más fácil, y lo mismo te da comprarlo aquí que allí.

Yo he hecho un simbólico gesto de protesta de la mejor forma que sabía: comprándolo en play.com.

Ahora sólo falta que me llegue, y que me entere con el inglés. Pero como me recomendó un amigo, si nunca te pones, nunca podrás.

El otro de Harry Potter que tengo en la estantería creo que me va a costar un poco más...


Saludos mágicos.

viernes, 20 de julio de 2007

Impresión en 3D

Leyendo la última entrada del blog de Wolfram Research he visto que han creado el logotipo de su compañía como objeto tridimensional usando una impresora 3D. Por lo que dice en el blog, la estrella picuda aparecerá en capítulos de la serie Numbers, pero mi apatía televisiva me impedirá comprobarlo de primera mano.

Me ha picado un poco la curiosidad y me he puesto a investigar cómo funcionan estas impresoras.

La cosa es bastante curiosa. Parece que no hay muchos fabricantes de impresoras 3D, y los que hay usan técnicas distintas. He estado viendo principalmente las de ZCorp, que tiene también representación en España.

El sistema es el siguiente:

  • Se crea el diseño del objeto 3D en el ordenador, preferiblemente importándolo de alguna otra aplicación de diseño 3D o, como han hecho en el blog del Mathematica, exportando una figura hecha en el programa. También hay scanners 3D para coger objetos reales, ideal para hacer maquetas.
  • En la aplicación de la impresora se comprueba que el objeto cumpla algunas condiciones (por ejemplo, que no haya paredes finas, tienen que ser sólidas o al menos gruesas) y se le da color, precisión, etc.
  • Se manda a la impresora para que genere el objeto.
Evidentemente la parte más interesante y novedosa es la creación del objeto en sí mismo.

Se parte de una cubeta vacía, de unos 20-25 cm cada lado. Un cabezal pasa por encima de la cubeta, poco a poco, esparciendo un polvo especial. Pone una fina capa de este polvo, como si fuera harina, de manera homogénea por toda la cubeta.

Después se rocía el polvo con un líquido que hace que el polvo se solidifique, y el cabezal sólo lo rocía en el punto concreto donde se quiere que haya objeto. De esta forma, se consigue una lámina, como si fuera un corte en horizontal del objeto final.

El proceso se vuelve a repetir, y se echa otra capa de polvo sobre la anterior, y se vuelve a rociar allí donde hay objeto, de tal forma que las capas sólidas se funden unas con otras, y donde no hay objeto, se va acumulando polvo.

Cuando el proceso ha terminado, se tiene la cubeta llena de polvo y dentro ella está el objeto sólido, formado capa a capa. Basta dejarlo secar y extraerlo con cuidado. Después se puede eliminar el polvo soplando o con ayuda de un compresor de aire.

El objeto no tiene por qué estar formado por una única pieza. Podría ser hueco, tener unas piezas dentro de otras, o incluso estar formado por piezas sueltas conectadas, como una cadena hecha de eslabones.

El objeto final en sí, formado por polvo solidificado, es bastante frágil, y recomiendan sumergirlo en algún otro material que se filtre dentro y le dé dureza, o bien darle un baño de algún material duro. Entre los productos utilizados está la cera, resina epoxy (una especie de plástico), poliuretano, etc.

En las versiones avanzadas de las impresoras, es posible darle color al objeto. No se pinta, sino que el líquido que se usa para endurecer el polvo está coloreado, cada gota de un color, de tal forma que el objeto es de verdad de ese color, y no simplemente está pintado por fuera.


El polvo que ha quedado sin endurecer se puede reutilizar perfectamente (supongo que habrá que filtrarlo para quitar residuos sólidos que hayan quedado como grumos), así que el gasto de polvo que haces depende del objeto que creas.

Aunque en las impresoras de ZCorp hay que quitar el polvo soplando, parece que en otras impresoras, que utilizan otros materiales, se puede quitar sumergiendo el objeto en un disolvente especial, que disuelve el polvo pero mantiene la parte sólida, o sometiéndolo a calor. Supongo que cada método tiene sus ventajas. También hay un polvo especial que permite hacer moldes para usar luego metal fundido.

Los resultados, desde luego, son impresionantes. Aunque no resultan prácticos para una producción en masa (son lentos, caros, frágiles...), resultan perfectos para enseñar prototipos a los clientes, ayudar a entender visualmente sistemas complejos (como motores o engranajes), o hacer objetos únicos, donde cada uno es distinto, y hacer el molde y el proceso industrial sale carísimo si haces unos pocos, y sólo compensa si se fabrican miles. Imaginad por ejemplo un órgano interno o un feto a partir de una ecografía 3D o un TAC.



Por supuesto, mi mente levemente friki le daría muchos usos, y acabaría haciendo muchas chorraditas, si no fuera por el precio.

Las impresoras cuestan entre 30.000€ y 60.000€, dependiendo del modelo, y tienen un coste de mantenimiento de unos 3.000€ anuales, al margen de los recambios y materiales. Más que asumible para muchas empresas que trabajan con objetos físicos (diseño de componentes, maquetas, arquitectura, prototipos), universidades o institutos de investigación, pero impensables para un particular.

Pero siempre me queda la esperanza de que me lean en ZCorp y me dejen jugar un día con ellas :D